Por: gabriel
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17/02/2018
Pastoral
Reflexión hecha por Mosen Antonio
La Cuaresma es un tiempo ideal para trabajar en nuestro camino de perfección. Sin embargo, una de las primeras preguntas que nos debemos hacer es: ¿Qué tan decidido estoy a seguir a Jesús?
Hoy escuchamos cuáles son las condiciones para seguir a Jesús, y nos damos cuenta de que no son fáciles: Negarse a sí mismo, es decir, renunciar a nuestros gustos, deseos y aficiones, para acomodarnos a los de Jesús y su evangelio; y tomar la cruz de cada día, lo cual implica hacer con amor todo lo que se nos presente a lo largo de la jornada: Lo bueno y lo que no nos agrada. El problema de nuestro cristianismo hoy es que queremos las ventajas de ser cristiano sin asumir las responsabilidades que esto implica (actitud muy difundida hoy en nuestro mundo: Beneficios sin obligaciones).
La Cuaresma puede ser una buena oportunidad para iniciarnos en el ejercicio de la renuncia. Será muy difícil que logremos renunciar a nosotros mismos si no somos capaces de renunciar a un poco de comida, a una golosina, a un rato de televisión. Pensemos bien de qué manera utilizaremos nuestra Cuaresma para que la Pascua sea verdaderamente una Pascua de Resurrección.